Es común el ególatra mentirosín, y entre esas anécdotas me acuerdo de que yo les decía "Querida" a las novias de uno. "Querida" a todas, encima apenas si las miraba... pero en el fondo las quería, me apiadaba; compadecía. E incluso sí quise usar el nombre de una para que se sintiera bien... ¡Dios quiso que no!: Me hubiera equivocado terriblemente.
Hoy viendo un video entreveo que la que yo creía que se llamaba de determinada forma, gracias a Dios que no la llamé nunca con ese nombre, porque era el nombre de la otra... anécdotas de ególatras ¡e inocentes!. (Nombres parecidos tenían... ¡qué perversidad!.)
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